Sexo

"Cuánto cuesta decir que tu vida se mueve por el impulso vital y destructor del sexo.
Por esa fuerza que te da vida y que te la arranca en cada encuentro fugaz, en cada orgasmo, en cada gemido.

Si quieres... puedes decirlo... reconoce que no puedes recordar sus rostros, ni sus nombres, que casi no te importa el género de tus amantes, que con cuántos más cuerpos te posean en un encuentro es más intenso tu placer y más profundo el asco al sentir tu piel impregnada de sexo, que rara vez vuelves a encontrar el mismo sexo en tu camino.....

Sexo sin la excusa del amor... sexo por sexo, por el placer o el dolor de poseer y ser poseída por otro ser, por otro cuerpo; no por el príncipe azul que debías esperar, .... sino, simplemente por unas manos, boca, genitales, una piel.

Separaste de manera irrevocable el sexo del amor....
Ya no hay vuelta atras... hace años cruzaste el umbral.... y aunque camines en círculos, no quieras volver a lo que dejaste atrás... tus huellas fueron hechas en la orilla del mar y la mierda que flota en su superfie lo ha cubierto todo.

Estás mareada, sientes nauseas; es como estar preñada, constantemente preñada... pero algún día darás a luz la podredumbre que alimentas dentro."

Hace una año y medio escribí esto, hoy estoy convencida que no hay vuelta atrás. Que efectivamente he separado de manera irreconciliable el sexo del amor... y no hay vuelta atrás. La inocencia perdida no puede ser refundada.

Fueron años difíciles, de culpa y negación, de riesgos y autodestrucción, de búsqueda y experimentación.

Paseando por mis acantilados y dando largas caminatas bajo la lluvia, para lavar mi piel de olores extraños y mi alma de los sin sabores del fracaso autoinducido.

Agradezco que los costos de ello no fueron muchos, hoy vivo el sexo de manera más responsable. Sin culpas, sin asiedad, sin riesgos innecesarios... de una manera mucho menos autodestructiva que en aquel tiempo. Lúdico y fugaz...

Ya no hay amantes, ya no quiero dañar a nadie. Sólo hay amigos ... especiales.

Amigos con los que luego puedo tomarme un cafe y conversar del primer disco de Quilapayún, del movimiento estudiantil secundario o de la posible venida de Madonna. Quizás guitarrear un rato, una vieja canción de Isabel Parra y seguir nuestras vidas como si nada. Con quienes puedo disfrutar de su compañía integralmente, aún si decidimos no tener más sexo.

Ya no siento el vacío. Quizás porque ya no me atormenta "el deseo históricamente deseado" de la Unión, al menos ya no la busco a través del sexo.

PD: Creo que la autodestruccion es un impulso innato, tanto como el de la supervivencia; lo ideal es saber equilibrar fuerzas.Yo aprendí ya autodestruirme (negarme) en forma regulada.

Ayer se lo comente a Angel y de paso expresé mi molestia y preocupación por verlo autodestruirse de manera sistematica, cada sábado puedo leer la ansiedad y la necesidad de evasión en su rostro. Las redes de la noche lo tienen atrapado. Y yo ya no me dejo atrapar junto a él.