Una mañana de Diciembre
Hoy leí un post en un blog que visitaba por primera vez... se llama Una mañana de Septiembre el post en cuestión... http://registrodemivida.blogspot.com/
Comencé a escribir un comentario, pero fue tomando vida y resultó este post. Además el blog de "carola" tiene cometarios restringidos.
Me hiciste recordar lo que me contaron de los días previos a mi nacimiento en la maternidad de un Hospital en la populosa comuna de Puente Alto, la mañana de uno de los últimos días de 1974... Donde mi madre llegó de madrugada en el auto de un vecino arriesgado y solidario, supongo que con una badera blanca colgando de una ventana ( tiempos de toque de queda y estado de sitio). A las 9:45 ya había nacido yo... sexta hija de un matrimonio de campo, agricultores, ambos con su primaria incompleta (Ed. Básica).
A media tarde, mi madre firmaba un papel al médico de turno, haciendo responsable por irse ese mismo día del parto de vuelta a casa, habían otros 05 niños que cuidar. Salió sola con una nueva boca que alimentar en sus brazos.
Mi padre no pudo ir por nosotras (como había sido su costumbre con los 05 hijos mayores) ni pudo llevarme en brazos durante el viaje en micro hasta la casa... días antes había aparecido un sargento nuevamente a buscar detenido a alguno de mi familia... por creer en los sueños que fueron vetados por la Autoridad vigente... esta vez fueron por mi padre (dirigente social y muy activo en la UP), al no encontarlo golpearon a mi hermano ( 13 años ) cuando salió mi madre a ver lo que pasaba... el sargento, el capitán o lo sea, no sintió lastima, supongo, al ver esa mujer de campo embarazada de 8 meses, ni se compadeció y tal vez le dijo... "usted es la mamá, yo quiero que venga el papá"...
Mi padre estuvo detenido un periodo, lo suficiente para que mataran su espíritu, su voluntad y de paso su instinto paternal... a punta de golpes y amenazas, a costo de vidas pérdidas a su alrededor y quién sabe qué otros horrores.
Y allí quedé yo a la deriba en esta vida... La "niña", con un padre ausente, por años alcoholico, acobardado, renegando de sus ideales y con una madre que entregó mi crianza a mis hermanas mayores (14 y 15 años al yo nacer), para ella hacerse cargo de la mantención del hogar y de ese padre que había sido anulado por "ellos".
Hoy mi padre aún no se atreve a levantar 100% la vista del suelo, su voz apenas se escucha ( esa que se hizo escuchar en las asambleas de campesinos y agricultores). Al menos ya no toma alcohol, se dió cuenta que cuando lo hacía terminaba golpeando a mi madre y a nosotros como seguramente lo hicieron con él...
Durante mi infancia no se habló de lo que sucedió en aquellos tiempos, tampoco se permitían las temáticas políticas... Yo me enteré cuando me tiró la sangre ( llegada ya la "democracia"), me hice dirigente estudiantil y empezaron los flirteos con una orgánica, cuando les conté mi madre me pegó y mi padre me abrazó (tal vez por primera vez) y lloró sin decir nada... Mi tía, esa "buena onda" donde llegué con mi mochila pidiendo asilo, me contó todo.
Perdoné a mi padre y a mi madre por su abandono y hasta el día de hoy me sigo preguntando...
"Ellos" besarían a sus hijos por las noches, después de mancharse las manos con sangre?
"Ellos" Harían el "amor" con sus esposas después de tanto odio?
El sargento, recordaría alguna vez a mi madre embarazada mirando desde la puerta como se llevaban a mi padre sin saber si lo volvería a ver? y escucharía el llanto de mis hermanos?
Ellos... si quiera habrán imaginado el vacío de caminar de vuelta a casa, con una nueva hija en brazos el mismo día del parto por el temor de a tus otros hijos les pasara algo...?
sé que tuve más suerte que otros, Al menos aún tengo un padre y una madre a los que amar y besar de vez en cuando... mi primo nació oculto en la casucha del cuidador de la parcela y no fue inscrito en el civil hasta la edad de 4 años, por miedo a que detuvieran a mi tía, no lleva ni el apellido de su padre al que mataron frente a los ojos de su madre embarazada. Sé de niños que jamás nacieron y otros que nacieron durante la prisión de sus madres y aún no se saben donde están...?
Ya comprendí a mi padre y a mi madre por su abandono y les pedí perdón por el rencor que les guardé por años, (reconozco que ese rencor creció y se dirige a otros rumbos) además me prometí que jamás renegaría de mis ideales( aunque hoy estén en receso), al fin supe de donde provienen... y que mis hijos (aunque a esta altura dudo tenerlos) sabrían esta historía.
Hoy les queda aquí escrita...
PD: ( mi padre es más digno de lo que pensé, dice que ninguna pensión y ninguna regalía lavaría la sangre que derramó y la que vió correr... a pesar de las críticas yo lo respaldo) Las limosnas no borran los pecados.
5 Comments:
La dictadura no dañó sólo una generación, los afectados no son sólos que aparacen en los informes rettig y en el de Prisión y tortura (al que muchos ni se atrevieron a ir a declarar para no revivir dolores, a veces inombrables ) , tambien somos sus hijos, sus hermanos, sus nietos,nuestras esposas y esposos, el vecino que vió morir a alguién frente a su puerta y no pudo auxiliarle, el doctor que vió llegar a los torturados, el basurero que encontró sus cadaveres, en fin, la sociedad entera está herida.
Abrazos y fuerza, Javier.
Leo tus líneas y veo pasar ante mi el dolor de ser hija de un sobreviviente de la dictadura. Mi padre aún con su frente en alto, lleva las ideas que ni a fuerza de encierro ni torturas le pudieron doblegar, mi madre con cuatro hijas luchó para verlo libre, un cáncer hace cinco años se la llevo, el sueño de verlos vivir su vejez no pudo ser realidad.
Mis hermanas, mi padre y yo llevamos las heridas que aun a pesar del tiempo vuelven a sangrar por tanto miedo e inseguridad, la tortura sicólógica igual nos marco.
Nuestras vidas quedarón marcadas y en nuestros recuerdos siempre llevaremos el ser hijas de un detenido político y el estigma de que aun no lo podemos superar.
Hola Anais. Gracias por el comentario de mi blog y ojalá lo puedas seguir leyendo y difundiendo entre tus cercanos. Ingresé al tuyo y me llevé varias sorpresas, porque para comenzar el nombre de Henry Miller aparece mucho, y es justamente por él que decidí en determinado momento ponerme a escribir y me enamoré de la literatura y busqué en ella una suerte de salvavidas muy luminoso. Trópico de Cáncer es lo mejor que he leído y siempre lo vuelvo a retomar por las noches. La segunda fue al leer tu historia sobre tu padre, que si bien yo la habría abordado de otro manera al contarla (ya es cosa de estilos), me conmovió profundamente, y me quedé pensando en esa pregunta que dejas ahí boteando al lector de tu blog, si esa gente habrá llegado a casa a hacer el amor, a jugar con sus hijos, a vivir una vida rutinaria, porque quizás lo que vivían afuera era lo más parecido a una monstruosa aventura. Interesante, y todavía sigo pensando en eso, además que veo que ahí hay un cuento posible. Bueno Anais, cuidate, sigue escribiendo, y sigamos en contacto.
Realmente impresionante la forma de como me senti participe de tu relato. Fué asombroso. Eres una excelente escritora. Te felicito.
Tratare de no perderte de vista. Cuidate
Me ha tocado vivir poco sin duda, y me ha tocado seguir otros rumbos. Tus vivencias construyen cuando alguien desea masticarlas un poco más. Yo me he tragado ya un par de ellas... Grcias.
Un hijo es una joya... si mi madre hubiese dicho "no creo tener un hijo a estas alturas" no tendría ella una razón extra por la cuál alegrar sus días, ni yo una vida para contagiar
No rechaces para siempre la maternidad
Besos.
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